Teófilo Stevenson: grande entre los grandes
Por Rafael Daniel
La triste noticia inundó los sitios más importantes del mundo: “Falleció Teófilo Stevenson, leyenda del pugilismo mundial”, “Murió el exboxeador Teófilo Stevenson, gloria del deporte cubano”, “Falleció el tricampeón olímpico Teófilo Stevenson”.
Nos costaba creer lo que estábamos leyendo, pero la dolorosa verdad se imponía. Cuando alguien se apodera del corazón de todo un pueblo y su trayectoria trasciende fronteras, la muerte parece incierta.
Apenas hace dos días, mientras escuchábamos el programa Pasaje a lo Desconocido de Radio Rebelde, conducido por el polifacético Reinaldo Taladrid, Teófilo fue blanco de infinidad de bromas y anécdotas, mientras al otro lado del hilo telefónico del espacio se encontraba otro grande: Javier Sotomayor.
En el diálogo se hacía alusión a diversas anécdotas como la famosa frase de “la técnica es la técnica y sin técnica no hay técnica” atribuida a Félix Savón y a Stevenson y no sé en realidad a cuál de los dos inmensos campeones logró adjudicarse
Surgió también otra sobre las dos derrotas que sufrió frente a al boxeador soviético, casi desconocido, Igor Vysotskiy, quién después se convertiría en un gran amigo del supercompleto cubano. “Ahora Visotsky es dueño de una cadena de gimnasios en Rusia y todos los años me invita a mí y a mi familia a pasar las vacaciones allá: entonces ¿Quién perdió, él o yo?”, dijo jocosamente Téofilo ante un auditorio que lo embromaba con el hecho.
ALGO DE HISTORIA DE STEVENSON
Teofilo Stevenson Lawrence nació el 29 de marzo de 1952 en el central Delicias, del municipio de Puerto Padre, en la provincia cubana de Las Tunas. Era hijo de un inmigrante anglófono procedente de las islas de San Vicente y su madre cubana, pero descendiente de habitantes de otra isla del mundo británico, San Cristóbal, por lo que Teófilo hablaba perfectamente el inglés.
Su padre también practicó el boxeo, deporte en el que celebró algunas peleas por razones económicas.
El ex-campeón nacional cubano del peso pesado de 1931 a 1935 John Herrera, vecino del mismo pueblo que Stevenson, le enseñó a tirar sus primeros golpes. No obstante su grandeza posterior en el mundo de las doce cuerdas, perdió catorce de sus primeros 20 combate.
LA GLORIA
Posteriormente vendrían años de gloria para el joven Teófilo Stevenson, al obtener su primera medalla dorada en el Campeonato Nacional Juvenil de 1968 en La Habana.
Después aparecerían varias derrotas de las que siempre sacó enseñanzas que fueron decisivas en su ascendente carrera deportiva: “«En realidad yo nunca perdí, porque de las derrotas se sacan experiencias, y cuando se sacan experiencias, se gana», precisaba Stevenson.
Con sólo 20 años comenzó a imponerse como principal peso pesado del mundo durante los Juegos Olímpicos de Munich, al derrotar por el oro al norteamericano Duane Bobick, conocido como “La esperanza blanca” y quien tenía en su haber 62 victorias consecutivas y estaba en espera de una oferta millonaria en el boxeo profesional. Ya había derrotado a Téofilo en los Juegos Panamericanos y ahora también era favorito.
El triunfo fue inobjetable. Después de un primer asalto parejo, un segundo decidido a favor del estadounidense y un tercero en el que el cubano le derribó tres veces y detuvieron el combate, fue el inicio de la gloria olímpica para Teófilo y su victoria más memorable.
En varias ocasiones le ofrecieron cifras millonarias para que desertara y se integrara al boxeo profesional, sin embargo, siempre encontraron su tajante y patriótica respuesta: “Prefiero el cariño de ocho millones de cubanos y no cambiaría mi pedazo de Cuba ni por todo el dinero que me puedan ofrecer".
(Más en http://es.wikipedia.org/wiki/Te%C3%B3filo_Stevenson, o en otros sitios relacionados con la muerte de TéofiloStevenson en diversos buscadores)
3 comentarios
Bury -
Lila y Arito -
Respecto a la frase hay un verdaero debate. Fué hecha "a cuatro puños" !y de los buenos!
Robert -