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El vuelo sin retorno de Matías Pérez

El vuelo sin retorno de Matías Pérez

El globo tomó altura y se fue perdiendo poco a poco a lo lejos hasta que desapareció, se esfumó y no volvió más

Por Rafael Daniel

Conminamos a todos a observar al cielo donde actualmente  es normal apreciar el vuelo de aviones,  helicópteros u otros objetos volantes sin ningún asombro, pero aquella fecha del 29 de junio de 1856 estaba la muchedumbre reunida en la Plaza de Marte, hoy Parque de la Fraternidad, en La Habana, para ver el despegue del  globo que había comprado a un Francés en 2 500 pesos el portugués residente en Cuba Matías Pérez.

Matías era un amante y estudioso de las leyes de la aeronáutica, y leía muchas publicaciones sobre ese tema, pues su ambición era hacerse astronauta.

Ante la mirada estupefacta de miles de habaneros Matías zafó la soga que le servía como ancla y emprendió un vuelo sin rumbo

 A los pocos minutos la multitud contemplaba,  atónita, perturbada, como  una fuerte ráfaga de viento lo elevó hacia las alturas y lo llevó allende al mar. En medio de preocupadas exclamaciones de los citadinos, poco a poco Matías se alejaba más y más  hasta que se convirtió en un diminuto punto entre las nubes y desapareció sin dejar huella.

La espectativa por el retorno fue eterna. Aún se le estuviera esperando. Todos marcharon para sus casas comentando el fatídico hecho,  sin imaginar  que serían testigos excepcionales  de un acontecimeinto sin precedentes  en la naciente historia de la  aeronáutica: la total desaparición del ibérico, de quién  no se supo nunca más.

Aunque no existen elementos probatorios y es sólo un análisis muy superficial de este redactor,  es muy posible que este sastre y toldero portugués, radicado en La Habana; se convirtiera en el primer cosmonauta del mundo, mucho antes de que nacieran los ancestros de Yuri Gagarin o tal vez haya sido víctima de otro de los caprichos del triángulo de las Bermudas que tiene uno de sus vértices en Cuba.

Lo cierto es que tomó altura se perdió y no regresó nunca más al punto de partida para dar origen a una simbólica frase que lo ha inmortalizado  y que indica que alguien “desaparecie, se pierde, o no ha sido visto últimamente, se fue, se esfumó”: ¡Voló como Matías Pérez!

 



1 comentario

YANELI MORALES -

MUY INTERESANTE