Los límites entre la decencia y desfachatez. (Comentario Cinco Estrellas)
Por Elsa Ramos Ramírez (Polémica periodista de todos los medios de la central provicnia de Santi Spíritus)
(Exceletne comentario de nuestra querida colega Elsa Ramos Ramírez que publicamos íntegramente por ser un extraordinario sentir del pueblo cubano y sobre todo de los que hacemos vida por sus rees sociales)
Sitios digitales y redes sociales han hecho saber distintas posturas, muchas de las cuales no tienen que ver con la ideología, ni con la política, sino con el más elemental reconocimiento hacia quien justamente fue considerada una de las principales personalidades del mundo al cierre del siglo 20 e inicios del XXI
Como era de esperar, en casos como este, en que un hombre alcanza la dimensión universal de nuestro Comandante en Jefe, quien desafió a los poderosos y le cantó sus verdades en pleno rostro, no todas las reacciones han caminado por las mismas cuerdas.
Algunos, entre quienes figuran los que conocieron a Fidel por las historias de otros, han traspasado los límites de los cuales les hablo y han ido a parar al bando de la desfachatez
Puedo intentar entender la reacción de quienes siempre fueron sus enemigos sempiternos y de los que no esperaba rosas en el funeral.
Puedo entender hasta Trump por su torpeza mental, su incapacidad intelectual, sus visos fascistoides y a quienes en Estados Unidos celebraron la muerte del Comandante en un acto que más que de felicidad, pareció de impotencia.
Que hayan sido las leyes de la biología y la naturaleza las que determinaran la muerte de Fidel, es la mayor derrota para quienes no pudieron doblegarlo ni con las armas, ni con las amenazas, ni con más de 600 atentados. Puedo intentar entender hasta quienes sustentaron sus ingresos personales con la ignominiosa postura de hablar mal de Cuba y por supuesto de Fidel porque a fin de cuentas ¿con qué sustentarían sus salarios?
Lo que no entiendo, en estos y en los otros, es que sean capaces de comportarse como animales irracionales ante la muerte no ya de Fidel, sino de cualquier persona. Lo que no entiendo es que no puedan respetar el dolor ajeno, mucho más de casi un pueblo entero que sufrió como propia la noticia del deceso del Comandante, incluidos familiares sanguíneos de aquellos que , mar por medio, vendieron sus almas.
Por las diferencias que nos separan del resto de la raza animal en materia de conciencia y pensamiento, la muerte de cualquier persona debe imponer comportamiento civilizado y humano, tal como propugnó el hombre a quien por suerte le han sobrado las muestras de gratitud, respeto y amor desde todas las partes del mundo y desde todas las tendencias ideológicas.
Pero entre todas las posiciones, la que menos entiendo es la cobardía y el desdén asumidos por cubanos nacidos en esta tierra y que se sumaron la euforia miamense tras la muerte de Fidel. Muchos de ellos caminaron junto a nosotros hasta ayer, otros compartieron puestos de trabajo o estudio con nosotros, padecieron nuestras mismas vicisitudes, otros gozaron de los privilegios que ese grande propició en su educación, su salud, su cultura, su tranquilidad y su seguridad.
Y lo que digo nada tiene que ver con la política. Tampoco con la cacaread libertad de expresión. Abandonar el país es una decisión personal que respeto, sean cuales sean las motivaciones. Lo que no alcanzo a entender que para justificar un salario o para ganar ascensos sociales haya que reír, bailar, gozar o proferir injurias por la muerte de alguien que merece, sobre todas las cosas, respeto.
No hay dinero en el mundo que pague la estatura ética o la dignidad personal de un ser humano. Por eso quizás muchos de los cubanos que se fueron un día no se sumaron a la euforia miamense y optaron por quedarse en sus casas o callar. Otros escribieron su pesar a los suyos en la dimensión que la Patria crece en cada cual más allá de las fronteras ideológicas.
Por suerte en este debate mundial que suscitó la muerte de Comandante, la INTERNET perpetúa imágenes que harían callar a aquellos enanos mentales. Entre ellas, la de una niña española que se tatuó el nombre de Fidel en su frente o la de un futbolista MILLONARIO que en medio de un partido, exhibió el mismo Fidel en su camiseta
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Yamiled Maya Lopez -