El Dúo Escambray para siempre en la memoria
En el dúo Escambray se puede reconocer un sentimiento que surge de lo más profundo del concepto de sentido de pertenencia popular en el que se sumerge, como parte inseparable de una histórica ciudad y de todos los que amamos a Trinidad. La música de esta institución vocal y sus integrantes –Pedro González y José Ferrer- están tan impregnados en la legendaria ciudad como sus piedras o emblemáticas casas y palacios coloniales.
Desde hace varios años –cantaron juntos 27- dejaron de existir como organización artística, sin embargo, el tiempo no es capaz de separarlos del contexto espiritual de la legendaria villa, como uno de sus elementos más autóctonos y reconocidos.
Cuando aquel niño, sin una sólida influencia familiar, comenzó a tocar con un acordeón de juguete los acordes de Praga -una canción instrumental de moda durante la década de los sesenta- ni siquiera podía imaginar que unos años después sería uno de los intérpretes de mayor vuelo en toda la historia de Trinidad.
La obra musical y poética de José Ferrer, por su delicada y profunda inspiración, trasciende fronteras y se ubica al lado de los grandes de la provincia, codo a codo con sus coterráneos Julio Cuevas, Lico Jiménez, Félix Reina, los espirituanos Miguel Companioni, Teofilito o el cabaiguanense Arturo Alonso, por sólo mencionar algunos ejemplos.
Allí, junto al Baile de la Bibijagua, de Mujer Perjura, Pensamiento o de un Canto a Cabaiguán, se yergue su Cerca del Mar y del Monte, pero con la peculiaridad de que al ser como un nuevo Himno Trinitario, todos le conocen, muchos lo interpretan, pero nadie como el extraordinario Dúo.
TRINIDAD ES PRÓDIGA EN PERSONALIDADES Y PERSONAJES CÉLEBRES
Sin ir muy lejos en el tiempo deben pasar a la posteridad gente de la talla del ingenuo pintor Benito Ortiz, el excepcional percusionista Alberto Pablo, el polifacético bailarín y artesano Rafael Zerquera, “Tiembla Tierra”; la familia de alfareros Santander, Isabel Bécquer, “La Profunda”; el ya mencionado compositor Julio Cuevas, el músico y compositor Félix Reina, el eminente conservador de la ciudad Macholo, o el historiador Carlos Joaquín Zerquera.
Junto a estos y otros que trascienden hasta el infinito de su rica historia hay que ubicar obligadamente al excepcional dúo trinitario. Tanto Pedro como Ferrer no logran tan solo un empaste vocal inigualable, sino que cada uno tiene personalidad propia con lo que hace.
Con el más alto rigor profesional unen virtud y talento, traducidos en hermosos arpegios hasta lograr esa sonoridad única que les caracteriza. Para ambos ha sido casi imposible, formar otro Dúo Escambray por separado.
Excelentes voces se han unido con uno y otro, sin embargo, dicho en buen cubano, “nadie encaja” y todos los intentos han sido baldíos.
Una sencilla ecuación: para el Dúo Escambray: Pedrito es a Ferrer, como Ferrer es a Pedrito. Podría salir cualquier cosa, pero no como la excepcional agrupación que ellos juntos integraban.
ALGO DE HISTORIA
En 1952 tras una revividora nalgada, daba su primera nota aguda en Santa Clara José Ferrer, quien se traslada tres años después con su familia a Trinidad, dónde vivió más de cuatro décadas.
Quizás al llegar a la legendaria ciudad escuchó los gritos de un recién nacido en la humilde casa del destacado trovador Pedro González Borges, pero el pequeño José Ferrer estaba muy lejos de advertir que aquella voz humedecida por lágrimas, estaría tiempo después vinculada tan intensamente a su vida.
Aún no había cumplido Pedrito los siete años y ya su voz jugaba magistralmente al contacto de las primeras notas musicales, virtud heredada de una familia de trovadores. Precisamente la primera Casa de la Trova que tuvo Trinidad fue la de sus padres, aunque no tuviera ese nombre, pero allí se reunían, guitarra en mano, los más brillantes intérpretes de la época.
Entonces: Pedro es músico porque sus primeros sueños fueron con trova y por tanto no podría ser otra cosa.
“Todo esto me dio pie a hacer todo lo que hago y a amar a la trova de la forma en que la amo”, nos diría muchos años después este vivo símbolo de la trova trinitaria.
“En mi caso soy músico porque los cubanos venimos al mundo con la predisposición a la música -dice Ferrer- porque cualquiera toca una clave o suena rítmicamente unas palmadas, pero no tengo una tradición familiar de músicos en el concepto más amplio de la palabra, o sea, no podría decir exactamente por qué lo soy, aunque mi padre cantaba con afinación y con sentido de los textos que entonaba, pero nunca fue un músico, sin embargo, al parecer eso que hacía me lo trasmitió, pues gracias a él conocí muy temprano la Mariposita de Primavera u otras maravillosas composiciones de aquella época que además de estimular mi sueño, iban amoldando lo que sería después mi vida”.
¿POR QUÉ ESCAMBRAY?
UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA
Desde el punto de vista geográfico Escambray es sólo una parte del macizo montañoso Guamuhaya que se eleva imponente al sur de la antigua provincia de La Villas, hoy multiplicada en tres: Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus.
En la última etapa por la liberación nacional y debido a innumerables causas históricas que le precedieron y sucedieron, la cordillera pierde su nombre y toma entonces el de Escambray para identificar el lomerío desde Cumanayagua, en Cienfuegos, hasta Trinidad, en el actual territorio espirituano, no obstante la lucha de muchos defensores de los toponímicos originales por reconocer la antigua denominación aborigen.
Hechos como los protagonizados por el Ejército Rebelde en la zona o en la posterior Lucha Contra Bandidos, la Campaña de Alfabetización, son acompañados por Escambray e incluso una Región de la antigua división política administrativa, cuya capital era Trinidad, así se identificaba: Región Escambray.
EL DÚO
Siendo casi adolescentes en el año 1972 Pedro y Ferrer -quiénes habían estudiado juntos en la escuela de arte de Cienfuegos- por esos motivos de los que se encarga sabiamente el destino, unen sus voces para formar un dúo que al principio se denominó Los Sindos, nombre escogido para homenajear a ese grande de la trova del Oriente y de toda Cuba que fue Sindo Garay.
También en ese año y siendo aún artistas aficionados integran y fundan en Manzanillo el movimiento de la Nueva Trova, junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González y otros inmensos jóvenes artistas, incluyendo a la espirituana Lourdes Caro.
En el año 1973 son llamados al Servicio Militar en Santa Clara dentro de las filas del Ministerio del Interior.
“El entonces capitán Gilberto Sotolongo, quién era jefe de la policía en la antigua provincia de Las Villas y quién atendía las actividades culturales del MININT, fue quién nos propuso y aceptamos el nombre de Escambray para el dúo, alegando nuestra procedencia”, señala Pedro González.
Y así comienza la historia de esta agrupación genuinamente trinitaria que comenzó a recorrer a Cuba, países de Europa, Asia, África y América Latina como genuinos representantes de su amada ciudad colonial, cantándole desde aquellos confines, a la imaginaria volanta a sus pedregosas calles, vetustas casas y palacios ancestrales o a su mar y su monte en los que se funden el vuelo de las gaviotas, el sonido de cuerdas y empastadas voces con el acariciador canto de sus afinados sinsontes.
Rafael Daniel
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Luz Gabriela -