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A 91 años del nacimiento de Faustino

A 91 años del nacimiento de Faustino

La casualidad histórica quiso que Faustino  naciera el 15 de febrero de 1920 en el barrio rural de La Larga, en el municipio espirituano de Taguasco, a sólo unos centenares de metros del sitio donde cayó una de las principales figuras de la Guerra de Independencia: el Mayor General Serafín Sánchez Valdivia patriota más allegado al Apóstol José Martí en la organización de la Guerra Necesaria.

Faustino fue una de las figuras más cercanas a Fidel en la preparación de la Expedición del Granma y en la ejecución posterior de la epopeya revolucionaria. Era como si hubiera escuchado la última orden del prócer independentista al caer mortalmente herido: “¡Me han matado, eso no es nada, sigan la Marcha!”

UN FERVIENTE MARTIANO

“Él siempre sintió orgullo de haber nacido en ese pedazo del terruño espirituano, hecho que influyó decisivamente en su formación revolucionaria y en su devoción martiana, valores fundamentales de la razón de ser posterior de su vida”,  dice el Master en Ciencias Dagoberto Pérez, sobrino de Faustino y presidente de la Cátedra Faustino Pérez en el municipio espirituano de Cabaiguán.

“Ese hecho casual es único en el país y tiene mucho significado. Estamos hablando de dos revolucionarios que marcaron la historia nacional, cada uno en su época, con sus características. En un país con una larga tradición revolucionaria como el nuestro que haya ocurrido una casualidad de esta naturaleza, no solamente es para aplaudir, sino para que se le hinche el pecho al que tenga la suerte de haber nacido en ese entorno”, precisa el Presidente de la Cátedra de Estudios Históricos de la Universidad de Oriente Dr. Reinaldo Suárez, biógrafo de Faustino.

Poco después de completar su primera década de vida, la familia de Faustino se traslada a vivir en la zona de Cruz de Neiva en el municipio de Cabaiguán, donde hizo sus estudios primarios en una escuelita rural bajo la égida de un maestro catalán a quién nombraban Don Jaime, fervoroso martiano, quien influyó en la connotada vocación de Faustino por el Maestro, a la que también se unió la de Carlos, el mayor de los diez hermanos.

“Una muestra de su propensión martiana lo muestra esta anécdota: dicen que cuando salía de la escuelita rural de Don Jaime formaba una “tropa” designando a cada compañerito con nombre de patriotas de la Independencia. Faustino se adelantaba y cuando alguien le preguntaba por qué hacía eso, respondía que él era Martí y tenía que llegar primero”, añade Dagoberto.

UNA VIDA DEDICADA POR ENTERO A LA LUCHA

Desde muy joven Faustino Pérez se vinculó a la lucha revolucionaria. Mientras cursaba estudios de medicina en La Habana integró  el Movimiento del doctor García Bárcenas, junto al destacado revolucionario e intelectual doctor Armando Hart Dávalos.

Posteriormente ambos formaron parte de la dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro.

Después de protagonizar riesgosas misiones dentro del país marcha a México, donde desempeñó un papel protagónico en los preparativos de la expedición liberadora del Granma, encabezada por Fidel. Fue uno de los jefes de su Estado Mayor, junto al prominente revolucionario Juan Manuel Márquez.

Durante los tristes momentos posteriores a la derrota de Alegría de Pío, tuvo el privilegio de acompañar a Fidel y a Universo  Sánchez durante varios días  hasta el histórico encuentro de Cinco Palmas, en la Sierra Maestra, cuando coincidieron con el resto del reducido grupo de los sobrevivientes del desembarco, entre los que se incluía Raúl Castro.

En el transcurso de la lucha contra la tiranía batistiana le fueron encomendadas múltiples responsabilidades tanto en el llano como en la sierra y el 3 de enero de 1959 fue nombrado Ministro de Recuperación de Bienes Malversados , siendo entonces el primer escogido para integrar el Gabinete de la Revolución Triunfante.

PRESENTE EN QUIENES LE CONOCIERON

Para quiénes conocieron a Faustino el recuerdo de sus excepcionales condiciones políticas y humanas son una constante: “Faustino no le tenía miedo a nada. Es uno de los hombres más valientes que he conocido. Una gente muy humana. Sabía conservar las amistades y trataba a todos con mucha delicadeza, con mucho tacto. El que conocía a Faustino se hacía amigo de él enseguida”, comenta el Comandante del Ejército Rebelde Universo Sánchez, expedicionario del Granma.

“Era consecuente sin dejar de ser exigente, inclusive, cuando el tenía que llamarle la atención a una persona, lo decía de una manera muy delicada”. Emilio Albentosa, expedicionario del Granma. “Conocí a muchos compañeros valiosos, pero las características especiales de Faustino, su forma de relación con las personas, era lo que más me admiraba de él. Por donde quiera que tú lo miraras no se le veía ningún rasgo de superioridad. ¡Era un revolucionario íntegro!”.

Carlos Bermúdez expedicionario del Granma.

Los combatientes de la clandestinidad Telvhia Marín, Enso Infante, Héctor Rabelo y  Esperancita Sanjurjo se refieren al destacado revolucionario con similares criterios a los que añadieron la honestidad, el altruismo y su fuerza de carácter, pues nunca claudicó ante lo que pensaba que era correcto.

Su esposa Ana Miriam Díaz Fernández agrega: “¡Qué voy a decir de Faustino padre, Faustino esposo: un hombre maravilloso! Un padre preocupado, un esposo amante, una gente tierna. Yo sabía que todas esas cosas eran ciertas, que estaban ahí, pero también conocía que lo primero era lo otro, la Revolución. Era tan honrado, tan incapaz de mentir, que si él sentía alguna preocupación ante algún suceso y expresarlo podría ocasionarle un problema. ¡Él se buscaba el problema, pero lo expresaba!”

La fidelidad a sus principios revolucionarios y a  Fidel estaba por encima de todo en su ejemplar existencia.

Aunque ya había terminado sus estudios de medicina antes de la victoria revolucionaria, nunca aceptó el título firmado por los testaferros de la tiranía por lo que el pergamino que testificaba su condición de galeno sólo lo aceptó en el año 1959, después del triunfo, firmado por su amigo y compañero de luchas Armando Hart Dávalos, entonces Ministro de Educación.

EL EPÍLOGO DE SU EJEMPLAR VIDA

Después de incursionar por diversas responsabilidades políticas, administrativas, diplomáticas y gubernamentales, sus últimos momentos, con la salud resentida y setenta años de edad, los pasó en la Ciénaga de Zapata, donde solicitó y asumió un programa de desarrollo agropecuario, económico y social y también inició un importante proyecto cultural, hoy denominado Korimakao.

“El autor intelectual de Korimakao se llama Faustino, el hombre que me enseñó a mí a pensar más abierto, apenas en dos años. Yo siempre he sido una persona desprendida, no egoísta, pero Faustino acabó de completar esa preparación que me había dado mi madre, mi padre, que había recibido de Fidel hasta ese momento y que he seguido recibiendo. De cómo Fidel nos ha enseñado a ver a Martí de otra manera… y Faustino era un profundo martiano”, añade el destacado actor Manuel Porto, director del proyecto Korimakao, de la Ciénaga de Zapata. En el  Aniversario 85  de su natalicio, el Dr. Armando Hart Dávalos dijo a los padres y maestros en Cabaiguán,  durante el acto de inauguración de una estatua frente al local que ocupa la Cátedra Faustino Pérez:

“Faustino era feliz porque era coherente y porque era íntegro, porque era un hombre moral y ejemplar. Enseñen a vuestros alumnos e hijos este ejemplo de integridad y de coherencia que nos representamos en el compañero entrañable Faustino Pérez, enséñenselo para que puedan construir un mundo mejor”

 

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