Blogia
Sancti

Trinidad y Sancti Spíritus: Hermanas en el tiempo.

Trinidad y Sancti Spíritus: Hermanas en el tiempo.

Quién observa gráficamente sus calles,   sus casas,  y compara su aparente similitud arquitectónica o  las montañas que  les abrazan,   como un hermoso cinturón verde,  podría pensar que se trata de un mismo lugar,  un tanto  detenido en el tiempo.
 
Sin embargo,  los conocedores de estos sitios no pueden confundirse y saben que se trata de dos  de las más antiguas ciudades de Cuba y de América: Trinidad y Sancti Spíritus, ambas fundadas o  -más exactos- nacidas en mil 514,  para criarse y educarse casi juntas,  como dos distinguidas hermanas que disfrutan lozanas del  inexorable paso de los siglos.
 
La primera,  declarada  Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO -junto a su maravilloso Valle de los Ingenios- fue fundada en enero de mil 514 y la segunda –Ciudad Monumento Nacional-   en junio del propio año,  asumiendo como padre común al Adelantado Diego Velázquez y como madre a España,  que había llegado hacía poco más de veinte años a “la tierra más fermosa que ojos humanos  han visto”,  frase  presumiblemente pronunciada por el audaz navegante  Cristobal Colón,  controvertido  descubridor”  -aquí ya vivían personas- de América.
 
Muchos le llaman a la Ciudad Museo del Mar Caribe   La Santísima Trinidad, sin embargo esa denominación no  es cierta,  de acuerdo con las investigaciones del prominente Historiador  de la Ciudad  Carlos Joaquín Zerquera,    pues   ... ni en los Archivos de Indias encontré nada que aseverara tal denominación y sí aparece indistintamente en disímiles lugares como la villa de  La Trinidad”,  precisa.
 

ENCANTOS QUE LAS HUMANIZAN


Ambas ciudades tienen enigmáticos encantos  para sus habitantes  que  llegan al punto  de humanizarlas,  como si se tratara de  seres muy queridos.
 
“Cuándo me ausento  mucho tiempo de Sancti Spíritus, por supuesto que extraño a mis seres queridos , pero junto a ellos a  esta pequeña parte de Cuba que también le da razón de ser a mi vida. Es como si me faltara algo muy importante y entonces me consume la nostalgia y tengo que regresar”, diría alguien con palabras coincidentes a las de decenas de personas encuestadas.
 
“Estas calles empedradas...sus viejas casas,  son como una prolongación de mi vida, de todo cuánto más quiero  en este mundo. Mira que he tenido ofrecimientos para que me vaya... pero... ¡qué va,  de aquí no hay quién me saque!”, diría Rafelito Tiembla Tierra un simpático moreno de Trinidad con grandes habilidades para la danza y  destacado artesano.
 
Tanto Trinidad como Sancti Spíritus han festejado ya más de 485 años y ambas,  constantemente restauradas,   visten hermosos trajes nuevos,  gracias a la preocupación  gubernamental y al celo de sus habitantes. No se trata de maquetas exteriores para la complacencia del turista,  sino que en  la mayor parte de  sus  casas  se fomentan sitios con vida.  Dentro habitan familias comunes que viven,  trabajan  y hacen que lata con  más fuerza el corazón de ambas ciudades.
 
El  Centro Histórico Urbano de Sancti Spíritus  capital de la provincia de igual  nombre-  tiene como característica fundamental, que las mismas instituciones  que existían aquí en la etapa colonial, mantienen su valor de  uso como la alcaldía, hoy Asamblea Municipal del Poder Popular;  su zona comercial,  la Plaza del Mercado,  Bancos,  las instalaciones  religiosas,  entre otras. Están  ahí sin cambiar de sitio,  imponiéndose al  paso de los años, como si no pasara nada”, explica el joven Mario Valdés Navia, historiador de Sancti Spíritus.
 
Aunque este hecho no se repite en Trinidad, sí se trabaja cuidadosamente  en la denominada Ciudad Museo del  Mar Caribe para devolverle a cada elemento arquitectónico o piedra de sus calles  la mayor similitud con sus proyectos originales  pero, lo más importante  no es la restauración como parte de un paquete turístico,  sino que la principal  razón de todo lo que se hace aquí  en  materia de reconstrucción es,  en primerísimo lugar,  el beneplácito, la satisfacción  de sus habitantes, quienes  son los principales beneficiados”, señala el arquitecto Roberto López, Conservador de la Ciudad.
 
En  Trinidad todas las empresas del municipio tienen que aportar un  porcentaje de su producción bruta -sea en moneda libremente convertible o nacional-  para  dedicarlo a la restauración y  “ello ha posibilitado, por ejemplo, entre otras  acciones constructivas,  que se haya beneficiado un numeroso grupo de familias en el otrora muy deteriorado barrio de las Tres Cruces,  uno de los más simbólicos de  la Trinidad colonial,  y que de no acometerse estas obras hubiera desaparecido”,  dice el Conservador.
 
A  PROPÓSITO DE SUS DIFERENCIAS  Y...
 
Aunque la semejanza de ambas ciudades es fácilmente  palpable existen,  sin embargo,  marcadas diferencias que  le aportan a cada una características muy particulares.
 
Ello está dado principalmente por las disímiles actividades económicas de ambos sitios. En  Trinidad le imprime  un sello muy  distintivo,  que se observa  desde el estilo de sus mansiones señoriales urbanas, hasta  sus majestuosas viviendas rurales,  de las cuales no se encuentran  vestigios en Sancti Spíritus.
 
Esto tiene mucho que ver con el florecimiento  azucarero de  la zona,  el cuál sufrió una debacle a mediados del siglo XVIII,  pero es innegable que influyó no sólo en el modo de construir, sino hasta en la composición étnica de sus habitantes, pues  en las plantaciones cañeras eran utilizados miles de negros esclavos y hoy sus descendientes conforman una parte importante de la población trinitaria,  quiénes mantienen su folclore y las más ricas tradiciones del acervo afrocubano”,  señala el investigador de la Oficina del Conservador Víctor Echenagusía Peña.
 
...mientras que en Sancti Spíritus  su dependencia eminentemente ganadera  permitió, a pesar de las semejanzas, propósito arquitéctónicos  distintos  que se pueden apreciar,  desde la diferencia de sus patios,  sus característicos vitrales  hasta la propia  variedad racial,  pues en  esta activiasd económica no hacía mucha falta la mano esclava,  sino que esta se utilizaba generalmente en labores domésticas y de ahí lo reducido de su número,  comparado con Trinidad”,  explica  la historiadora  de la Oficina de Patrimonio de Sancti Spíritus María Antonia Jiménez.
 
Tanto en una como en otra,  trabajan  hombres y mujeres  para mantener frescas y rozagantes  a las queridas hermanas  en el  tiempo,  quiénes  nos regalan lo mejor de su ancestral  cultura  e interesante historia,   para seguir cultivando amor de generación en generación,  saltando de siglo en siglo,  tomadas de la mano en interminable danza hasta el infinito.   

Rafael Daniel
 
 
 
 
 
.
 
 
 
. 
  
 
 
 
 
.

0 comentarios