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Medio Milenio Tdad y Sancti Sptus

¿Sancti Spíritus o Camagüey? ¡Cual llega antes al medio milenio!

¿Sancti Spíritus o Camagüey? ¡Cual llega antes al medio milenio!

Por Rafael Daniel

Sancti Spíritus y Camagüey se erigen entre las siete primeras villas fundadas por los conquistadores españoles en Cuba, la primera Monumento Nacional y la segunda declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, condición a la que aspira también la Ciudad del Espíritu Santo.

 La provincia espirituana es la única del país con dos villas fundadoras, Trinidad, la tercera -después de Baracoa y Bayamo- y Sancti Spíritus, actual capital, ambas fundadas en 1514.

 Aunque no existen documentos que precisen las fechas exactas, se estima que la legendaria Trinidad fue instituida en enero de 1514 y Sancti Spíritus en junio de ese mismo año, coincidiendo con la denominada Misa del Arrepentimiento o del Pentecostés, del Padre Las Casas, aunque hasta hace algunos años se decía que había sido entre marzo y abril, la mas acertada para este redactor.

 La cercanía de los lugares en que fueron fundadas ambas, dentro y próxima a la costa sur, no da lugar a dudas para afirmar que una surgió  inmediatamente o poco tiempo después de la otra, entre múltiples razones que dejo a la consideración de los eruditos en el tema.

 Sin embargo, desde hace algún tiempo y nadie ha explicado por qué –al menos lo desconozco- se convirtió Camaguey en la cuarta villa  y se tiene como fecha nueva de fundación febrero de 1514, cuando siempre se dijo que Puerto Príncipe, su nombre original, databa de 1515.

 De la noche a la mañana Sancti Spíritus ha sido relegada a la quinta posición y como van las cosas es muy posible que muy pronto sea enviada por Remedios a la octava.

 Todo parece indicar que los conquistadores, encabezados por el Adelantado Diego Velásquez, se trasladaron desde la Trinidad, al sur, hasta el sitio original de Camaguey o Puerto Príncipe, al norte en una nave aérea, inexistente entonces, para fundar la nueva villa o bojear la isla por el oriente o el occidente para llegar hasta el sitio fundacional, porque por tierra era prácticamente imposible moverse en un tiempo tan breve. 

 Conocemos de opiniones de destacadas personalidades en la nación que comparten nuestro criterio, sin embargo, nadie se ha pronunciado para arreglar este posible error que lo único que decide es el tratamiento real de la historia.

 Aparentemente, el hecho carece de importancia, pues cualquiera de la dos tiene suficientes valores en el espectro de la vida nacional cubana, pero en un país como el nuestro donde existen hombres y mujeres de alto vuelo profesional en el tema, asociaciones como la Unión de Historiadores, entre otras instituciones, no se puede quedar algo de tan cardinal interés en la duda y sobre todo ahora, cuando se acercan el medio milenio de ambas.

 Un error histórico nunca puede se subestimado. Recordemos la famosa frase de  ¡Aquí no se rinde nadie…! que durante un extenso periodo de tiempo se le atribuyo a Camilo hasta que Raúl se encargo de poner en su lugar la verdad al afirmar que fue realmente Juan Almeida quien la profirió en un momento determinado.

 Camilo pudo haberla dicho, es cierto, le sobraba valor y entereza para ello, pero la verdad se abrió paso y la justeza encontró su camino correcto.  

 Entonces, debe determinarse de una  vez por todas un problema de tan fácil solución como este:  ¿Cual es la cuarta villa, Sancti Spíritus o Camagüey? ¿Cuál de las dos llega antes a su medio milenio?

El Flaco Pestana: un tipo fuera de serie

El Flaco Pestana: un tipo fuera de serie

Pestana en México, foto donada por el historiador Andrés Castillo Bernal

Por Rafael Daniel, publicado en www.centrovision.cu

Quizás  muchos opinen que la palabra “tipo” no sea la más correcta para caracterizar a una persona  con condiciones integrales excepcionales, vocablo amplio, pero utilizado sin exageración. Pude manejar otros, pero este me pareció el más exacto al acudir al gracejo popular para evaluar integralmente a Félix Pestana, el “Flaco”, para los más íntimos.

Hace poco más de dos años desapareció físicamente, cuando nadie lo esperaba, este destacado pintor espirituano que vio por primera vez la luz en el municipio de Yaguajay, lugar donde nacieron también destacadas personalidades como la excelsa artista de la plástica Amelia Peláez, el poeta y pedagogo Raúl Ferrer o el general Mambí Pedro Díaz

 Quizás esa coincidencia natal con tan ilustres personalidades marcó para siempre la vida del Flaco.

  Amigos desde la adolescencia, no recuerdo una sola actividad por la que haya incursionado este ilustre espirituano donde no haya tenido un proceder destacado.

 Pintor de rasgos inconfundibles, su figura trasciende entre los grandes del paisaje urbano que hace loas a la arquitectura de la ancestral ciudad de Sancti Spíritus, cuarta villa fundada por los conquistadores españoles, próxima a su medio milenio, acontecimiento al que ya hubiera dedicado una buena parte de sus obras, aunque su maestría plástica, empírica, como muchos de los grandes; ha quedado para la posteridad.

 Así, marcha tomado de la mano con los  ilustres Fernández Morera, Antonio Díaz -el irrepetible Pintor de la Ciudad-,  José Perdomo o el trinitario Carlos Mata -el conocido Pintor de la Noche- entre muchos otros que han logrado hacer del paisaje urbano su razón de ser fundamental en el maravilloso mundo del lienzo y los pinceles.

 En sus inquietudes artísticas también incursionó por la fotografía al nivel de los más significativos exponentes de la instantánea gráfica en la denominada Ciudad del Yayabo.

 Aunque la mayoría de los integrantes de las nuevas generaciones sólo le recuerdan como artista de la plástica, quiénes peinamos canas, y estuvimos entre sus amigos más íntimos, sabemos que hay mucho más en la personalidad de Félix Pestana, ese inolvidable tipo fuera de serie, quién no perdió un solo minuto en aprender todas las posibilidades que le dio su fructífera vida.

 Fue un amante y profundo conocedor del cine y a pesar de haber incursionado poco por las Artes Escénicas, fue aprobado, después de un exhaustivo análisis teórico práctico, para matricular en la Escuela Nacional de Arte -junto al que suscribe- algo que declinó porque pretendía la dirección cinematográfica y su inmadurez de entonces no le permitió evaluar que ese hubiera sido su primer paso para llegar al sueño “chaplinista”.

 Entre los jóvenes de su tiempo fue una de las figuras más prominentes en la práctica deportiva, actividad en la que le recordamos haciendo de las suyas en la cancha de basket del Instituto Preuniversitario Elcire Pérez, hoy escuela primaria Julio Antonio Mella, disciplina en la que ocupó espació en varios campeonatos nacionales.

 Hasta los últimos momentos de su vida reconoció la importancia de la práctica deportiva para cumplir el precepto martiano de mente sana en cuerpo sano, pues acompañado por su perro pastor trotaba -como un ejemplar atleta- desde su casa hasta la medianamente lejana pista, para después continuar recorriendo el óvalo hasta el distante cansancio, detalle personal que muchos aún comentan

 Para colmo de sus valores, hizo del magisterio un ejemplo vivo, respondiendo también al reclamo del Apóstol José Martí de que "…aprender a enseñar es lo más bello y honroso del mundo".

 Pestana se sitúa entre los pedagogos más importantes de la provincia de Sancti Spíritus. Aún le recordamos impartiendo clases  en la Escuela Obdulio Morales de la ciudad de Sancti Spíritus o como subdirector de ese mismo nivel de enseñanza en la Mártires del Granma, como Jefe de Cátedra y excelente profesor de Español y Literatura de la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive, Metodólogo del Instituto de Perfeccionamiento Educacional y lector consumado de los más disímiles textos.

No sé como se las arrreglaba para saber de todo, con temas de conversación universales, desde la literatura, el arte, la historia, pasando por el béisbol, el fútbol, el basket, hasta la quimbumbia.

 En varias ocasiones participó con inteligentes trabajos científicos en los eventos internacionales de pedagogía en La Habana, actividades que abandono por situaciones circunstanciales de la vida, a la que no escaparon algunas que otras incomprensiones.

 Amó con denuedo su provincia natal y a su nación de origen, pues aunque una buena parte de su familia se radicó en Estados Unidos, país al que visitó e  hizo varias exitosas incursiones por México, lugares donde montó varias exposiciones personales, sin embargo,  por su mente nunca pasó la más remota idea de abandonar a su querida isla de Cuba, ni a Sancti Spíritus, motivo de sus principales motivaciones.

 Hay mucho más en la vida de Félix Pestana, alguien que fue padre ejemplar, cariñoso esposo de Soledad, su pareja matrimonial de toda la vida, pues aunque no tenía los encantos de un galán tuvo también envidiables conquistas donjuanescas en su juventud.

 El Flaco también fue un excelente amigo, lo que no le impedía decir la verdad a cara a cara, con la honestidad que le caracterizaba, pues era un consumado defensor de sus principios, pero era capaz, además,  de reconocer dignamente sus desaciertos cuando se equivocaba.

 Valga este artículo para mitigar un tanto la desagradable sensación de haber pasado por alto la fecha conmemorativa del deceso, hace apenas poco más de dos años -9 de agosto del 2010- de una de las más elocuentes personalidades de la cultura –en el más extenso contenido de su significado- de Sancti Spíritus, ciudad próxima al medio milenio de su fundación.

 Con este trabajo damos inicio a otros que aparecerán sobre hechos y personalidades espirituanas de todos los tiempos que han dado lo mejor de sus vidas -en estos cinco siglos- para enaltecer a la también denominada Ciudad de los Murales.

 Mas sobre la obra de Félix Arnaldo Pestana Cabera en la enciclopedia virtual cubana ECURED)

Trinidad y Sancti Spíritus: Hermanas en el tiempo.

Trinidad y Sancti Spíritus: Hermanas en el tiempo.

Quién observa gráficamente sus calles,   sus casas,  y compara su aparente similitud arquitectónica o  las montañas que  les abrazan,   como un hermoso cinturón verde,  podría pensar que se trata de un mismo lugar,  un tanto  detenido en el tiempo.
 
Sin embargo,  los conocedores de estos sitios no pueden confundirse y saben que se trata de dos  de las más antiguas ciudades de Cuba y de América: Trinidad y Sancti Spíritus, ambas fundadas o  -más exactos- nacidas en mil 514,  para criarse y educarse casi juntas,  como dos distinguidas hermanas que disfrutan lozanas del  inexorable paso de los siglos.
 
La primera,  declarada  Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO -junto a su maravilloso Valle de los Ingenios- fue fundada en enero de mil 514 y la segunda –Ciudad Monumento Nacional-   en junio del propio año,  asumiendo como padre común al Adelantado Diego Velázquez y como madre a España,  que había llegado hacía poco más de veinte años a “la tierra más fermosa que ojos humanos  han visto”,  frase  presumiblemente pronunciada por el audaz navegante  Cristobal Colón,  controvertido  descubridor”  -aquí ya vivían personas- de América.
 
Muchos le llaman a la Ciudad Museo del Mar Caribe   La Santísima Trinidad, sin embargo esa denominación no  es cierta,  de acuerdo con las investigaciones del prominente Historiador  de la Ciudad  Carlos Joaquín Zerquera,    pues   ... ni en los Archivos de Indias encontré nada que aseverara tal denominación y sí aparece indistintamente en disímiles lugares como la villa de  La Trinidad”,  precisa.
 

ENCANTOS QUE LAS HUMANIZAN


Ambas ciudades tienen enigmáticos encantos  para sus habitantes  que  llegan al punto  de humanizarlas,  como si se tratara de  seres muy queridos.
 
“Cuándo me ausento  mucho tiempo de Sancti Spíritus, por supuesto que extraño a mis seres queridos , pero junto a ellos a  esta pequeña parte de Cuba que también le da razón de ser a mi vida. Es como si me faltara algo muy importante y entonces me consume la nostalgia y tengo que regresar”, diría alguien con palabras coincidentes a las de decenas de personas encuestadas.
 
“Estas calles empedradas...sus viejas casas,  son como una prolongación de mi vida, de todo cuánto más quiero  en este mundo. Mira que he tenido ofrecimientos para que me vaya... pero... ¡qué va,  de aquí no hay quién me saque!”, diría Rafelito Tiembla Tierra un simpático moreno de Trinidad con grandes habilidades para la danza y  destacado artesano.
 
Tanto Trinidad como Sancti Spíritus han festejado ya más de 485 años y ambas,  constantemente restauradas,   visten hermosos trajes nuevos,  gracias a la preocupación  gubernamental y al celo de sus habitantes. No se trata de maquetas exteriores para la complacencia del turista,  sino que en  la mayor parte de  sus  casas  se fomentan sitios con vida.  Dentro habitan familias comunes que viven,  trabajan  y hacen que lata con  más fuerza el corazón de ambas ciudades.
 
El  Centro Histórico Urbano de Sancti Spíritus  capital de la provincia de igual  nombre-  tiene como característica fundamental, que las mismas instituciones  que existían aquí en la etapa colonial, mantienen su valor de  uso como la alcaldía, hoy Asamblea Municipal del Poder Popular;  su zona comercial,  la Plaza del Mercado,  Bancos,  las instalaciones  religiosas,  entre otras. Están  ahí sin cambiar de sitio,  imponiéndose al  paso de los años, como si no pasara nada”, explica el joven Mario Valdés Navia, historiador de Sancti Spíritus.
 
Aunque este hecho no se repite en Trinidad, sí se trabaja cuidadosamente  en la denominada Ciudad Museo del  Mar Caribe para devolverle a cada elemento arquitectónico o piedra de sus calles  la mayor similitud con sus proyectos originales  pero, lo más importante  no es la restauración como parte de un paquete turístico,  sino que la principal  razón de todo lo que se hace aquí  en  materia de reconstrucción es,  en primerísimo lugar,  el beneplácito, la satisfacción  de sus habitantes, quienes  son los principales beneficiados”, señala el arquitecto Roberto López, Conservador de la Ciudad.
 
En  Trinidad todas las empresas del municipio tienen que aportar un  porcentaje de su producción bruta -sea en moneda libremente convertible o nacional-  para  dedicarlo a la restauración y  “ello ha posibilitado, por ejemplo, entre otras  acciones constructivas,  que se haya beneficiado un numeroso grupo de familias en el otrora muy deteriorado barrio de las Tres Cruces,  uno de los más simbólicos de  la Trinidad colonial,  y que de no acometerse estas obras hubiera desaparecido”,  dice el Conservador.
 
A  PROPÓSITO DE SUS DIFERENCIAS  Y...
 
Aunque la semejanza de ambas ciudades es fácilmente  palpable existen,  sin embargo,  marcadas diferencias que  le aportan a cada una características muy particulares.
 
Ello está dado principalmente por las disímiles actividades económicas de ambos sitios. En  Trinidad le imprime  un sello muy  distintivo,  que se observa  desde el estilo de sus mansiones señoriales urbanas, hasta  sus majestuosas viviendas rurales,  de las cuales no se encuentran  vestigios en Sancti Spíritus.
 
Esto tiene mucho que ver con el florecimiento  azucarero de  la zona,  el cuál sufrió una debacle a mediados del siglo XVIII,  pero es innegable que influyó no sólo en el modo de construir, sino hasta en la composición étnica de sus habitantes, pues  en las plantaciones cañeras eran utilizados miles de negros esclavos y hoy sus descendientes conforman una parte importante de la población trinitaria,  quiénes mantienen su folclore y las más ricas tradiciones del acervo afrocubano”,  señala el investigador de la Oficina del Conservador Víctor Echenagusía Peña.
 
...mientras que en Sancti Spíritus  su dependencia eminentemente ganadera  permitió, a pesar de las semejanzas, propósito arquitéctónicos  distintos  que se pueden apreciar,  desde la diferencia de sus patios,  sus característicos vitrales  hasta la propia  variedad racial,  pues en  esta activiasd económica no hacía mucha falta la mano esclava,  sino que esta se utilizaba generalmente en labores domésticas y de ahí lo reducido de su número,  comparado con Trinidad”,  explica  la historiadora  de la Oficina de Patrimonio de Sancti Spíritus María Antonia Jiménez.
 
Tanto en una como en otra,  trabajan  hombres y mujeres  para mantener frescas y rozagantes  a las queridas hermanas  en el  tiempo,  quiénes  nos regalan lo mejor de su ancestral  cultura  e interesante historia,   para seguir cultivando amor de generación en generación,  saltando de siglo en siglo,  tomadas de la mano en interminable danza hasta el infinito.   

Rafael Daniel
 
 
 
 
 
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Sancti Spíritus, la ciudad de los puentes de barro

Sancti Spíritus, la ciudad de los puentes de barro

El puente sobre el Río Yayabo. Detrás el Teatro Principal y la cúpula de la Iglesia Parroquial Mayor, emblemático tríptico arquitectónico de la Cuarta Villa Cubana

Por Rafael Daniel

Aunque no existe esa denominación oficial para Sancti Spíritus, me atrevo a asegurar que no hay otra ciudad en Cuba con tantos puentes de barro como en la cuarta villa fundada por los conquistadores españoles a mediados de 1514.

Su obra de ingeniería más famosa, es el puente colonial sobre el Río Yayabo, uno de los tres símbolos arquitectónicos con mayor prominencia, junto a la Iglesia Mayor y el Teatro Principal, trilogía captada en un solo “clic” de cámara, por estar ubicada en la misma zona del Centro Urbano Histórico de la capital de la provincia de igual nombre.

Este viaducto de cinco arcos, está compuesto por centenares de miles de ladrillos de barro, material muy abundante, tanto en esta zona como en Trinidad, tercera villa cubana establecida al sur de Sancti Spíritus.

El puente Yayabo se terminó en la primera mitad del siglo XIX y fue declarado Monumento Público el 28 de febrero de 1935. Sesenta años después fue proclamado Monumento Nacional.

En ocasión del Aniversario 500 de la legendaria ciudad fue remozado, aunque su estructura de arcilla unida con cal y arena, ha soportado impecable el paso del tiempo pues fue concebido para peatones y vehículos de tracción animal, sin embargo, ha sido capaz de soportar sobre sus “hombros” los más pesados medios de transporte, lo que se ha regulado para su protección patrimonial, después de la vía de circunvalación que ha aliviado el tránsito dentro de la ciudad.

La historia de este puente merece un próximo trabajo aparte.

 EL DEL BALNEARIO

Limítrofe con las barriadas de Jesús María y la de Colón,  nos encontramos con otro viaducto de barro muy representativo para los espirituanos, el cual  ocupa la segunda posición  en importancia para los oriundos de la  Cuarta Villa, por estar también dentro de la ciudad y también sobre el Río Yayabo: El Balneario:

Su ejecución se remonta a los primeros años de la segunda mitad del siglo pasado y aunque sus barandas son metálicas y su superficie asfaltada, en su su estructura, al igual que los otros, predominan miles de ladrillos de barro, detalle del que no se percatan muchos de los visitantes o naturales de la ancestral ciudad..

Por aquellos tiempos era sitio ideal para el esparcimiento, pues muchos de los espirituanos de la época, aún recuerdan los memorables paseos a pie o en bote e incluso sus excepcionales áreas de baño –de ahí su nombre- hoy limitadas por la contaminación lógica del crecimiento de la ciudad.

PUENTE DEL CAMINO DEL PRINCIPE Y OTROS

Al final de la actual calle de Agramonte se encuentra el puente del Príncipe, construcción integrada por un amplio y único arco, formado por decenas de miles de ladrillos de arcilla y similar composición al del Yayabo. Fue terminado unos años después.

Debe su nombre a que está ubicado en el antiguo camino hacia la ciudad de Puerto Príncipe, hoy Camagüey, única vía hacia el Oriente cubano antes de existir la Carretera Central.

También fue reconstruido en ocasión del Aniversario 492 de Sancti Spíritus, pues estaba semidestruido por uno de sus cabezales debido a daños ocasionados por torrenciales lluvias hace varios años. Según la historiadora María Antonia Jiménez, inicialmente se utilizaron en su ejecución más de 75 mil ladrillos.

No obstante su importancia como obra patrimonial, no ha sido declarado ni tan siquiera como Monumento Local, lo que debe se analizado por las autoridades competentes, pues por su valor histórico se puede ubicar a la par de otras construcciones coloniales que sí lo son.

Sancti Spíritus cuenta también con otros dos puentes de barro en su entorno urbano colonial, que si bien es cierto no tienen la magnitud de los mencionados anteriormente, son vitales para el trasiego de sus habitantes, al estar ubicado en las calles de Sobral y San Cristóbal, dos de las arterias más concurridas dentro de la villa.

Al igual que el del Príncipe, aunque en menor escala, están ambos compuestos por estructura de un solo arco, integrado por miles de ladrillos.

Tanto los constructores de estos dos viaductos, como los del puente Yayabo o el del Príncipe, sobre el arroyo Los Caimitos, nunca pudieron imaginar que esas obras de ingeniería trascendieran con vida útil el tiempo y llegaran hasta nuestro días con envidiable lozanía para identificar a la cuarta villa como la Ciudad de los Puentes de Barro.

  Rafael Daniel

Rosendy: El poeta de la ciudad

Rosendy: El poeta de la ciudad

La provincia de Sancti Spíritus, al centro de Cuba, es pródiga en destacadas figuras de la poesía cubana contemporánea. Nombres como el de Fayad Jamis, o el del poeta camionero Alberto Sicilia, Rigoberto Rodríguez (Coco) se unen, entre otros, a Esbértido Rosendy Cancio, uno de los más prolíferos cultores del verso en esa región central.

Para Esbértido Rosendy Cancio, Sancti Spíritus no es un punto más en la geografía. La añeja villa con sus casi cinco siglos de existencia es motivo permanente de inspiración para quien se ha ganado el ilustre calificativo popular de El Poeta de la Ciudad.

“Aunque le he escrito mucho a mi querida ciudad del Yayabo, nunca lo hice para merecer tal condición. Simplemente he expresado en verso millonarias motivaciones de uno de los sitios más encantadores de Cuba”

Otro importante artista espirituano, Antonio Díaz, también denominado El Pintor de la Ciudad, conforma como especie de un binomio por similitud de inspiraciones con Rosendy

“La poseía de Rosendy es capaz por sí sola de inspirar infinidad de temas plásticos relacionados con nuestra villa. Es como si su pluma se moviera como un pincel por sus añejas calles, sus vitrales, sus símbolos arquitectónicos o por sus rojos techados”, precisa Antonio.

Rosendy rompió con el pesimista adagio de que nadie es profeta en su tierra y se erige entre los poetas más distinguidos de Cuba, sin abandonar a su natal Sancti Spíritus. Una muestra de ello es que su poesía aparece en obras antológicas entre las más excelsas personalidades del verso, tanto dentro como fuera del país.

Guarda imborrables recuerdos de Nicolás Guillén. Precisamente el lanzamiento de su primer libro se hizo en la sede de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, en La Habana con la presencia del Poeta Nacional.

“Ese es uno de los momentos más inolvidables de mi vida como poeta. Figúrate, alguien como yo, del interior del país, entre tanta gente importante y para colmo de mi satisfacción, se encontraba allí Guillén en un momento tan importante de mi vida como escritor”

Rosendy es fundador de los talleres literarios, fue director de literatura de la antigua provincia de Las Villas, Vicepresidente de la UNEAC en Sancti Spíritus. Actualmente se desempeña como presidente del Consejo Provincial de las Artes Plásticas y ha obtenido varios premios literarios aunque una de sus mayores satisfacciones es que entre sus múltiples títulos, dos hayan sido publicados por la prestigiosa Ediciones Unión.

Ahora se declaró oficialmente a Rosendy como El Poeta de la Ciudad durante la celebración del Aniversario 490 de la villa del Espíritu Santo, condición que también mereció Antonio Díaz, pero como pintor.

El Dúo Escambray para siempre en la memoria

El Dúo Escambray para siempre en la memoria

En el dúo Escambray se puede reconocer un sentimiento que surge de lo más profundo del concepto de sentido de pertenencia popular en el que se sumerge, como parte inseparable de una histórica ciudad y de todos los que amamos a Trinidad. La música de esta institución vocal y sus integrantes –Pedro González y José Ferrer- están tan impregnados en la legendaria ciudad como sus piedras o emblemáticas casas y palacios coloniales.

Desde hace varios años –cantaron juntos 27- dejaron de existir como organización artística, sin embargo, el tiempo no es capaz de separarlos del contexto espiritual de la legendaria villa, como uno de sus elementos más autóctonos y reconocidos.

Cuando aquel niño, sin una sólida influencia familiar, comenzó a tocar con un acordeón de juguete los acordes de Praga -una canción instrumental de moda durante la década de los sesenta- ni siquiera podía imaginar que unos años después sería uno de los intérpretes de mayor vuelo en toda la historia de Trinidad.

La obra musical y poética de José Ferrer, por su delicada y profunda inspiración, trasciende fronteras y se ubica al lado de los grandes de la provincia, codo a codo con sus coterráneos Julio Cuevas, Lico Jiménez, Félix Reina, los espirituanos Miguel Companioni, Teofilito o el cabaiguanense Arturo Alonso, por sólo mencionar algunos ejemplos.

Allí, junto al Baile de la Bibijagua, de Mujer Perjura, Pensamiento o de un Canto a Cabaiguán, se yergue su Cerca del Mar y del Monte, pero con la peculiaridad de que al ser como un nuevo Himno Trinitario, todos le conocen, muchos lo interpretan, pero nadie como el extraordinario Dúo.

TRINIDAD ES PRÓDIGA EN PERSONALIDADES Y PERSONAJES CÉLEBRES

Sin ir muy lejos en el tiempo deben pasar a la posteridad gente de la talla del ingenuo pintor Benito Ortiz, el excepcional percusionista Alberto Pablo, el polifacético bailarín y artesano Rafael Zerquera, “Tiembla Tierra”; la familia de alfareros Santander, Isabel Bécquer, “La Profunda”; el ya mencionado compositor Julio Cuevas, el músico y compositor Félix Reina, el eminente conservador de la ciudad Macholo, o el historiador Carlos Joaquín Zerquera.

Junto a estos y otros que trascienden hasta el infinito de su rica historia hay que ubicar obligadamente al excepcional dúo trinitario. Tanto Pedro como Ferrer no logran tan solo un empaste vocal inigualable, sino que cada uno tiene personalidad propia con lo que hace.

Con el más alto rigor profesional unen virtud y talento, traducidos en hermosos arpegios hasta lograr esa sonoridad única que les caracteriza. Para ambos ha sido casi imposible, formar otro Dúo Escambray por separado.

Excelentes voces se han unido con uno y otro, sin embargo, dicho en buen cubano, “nadie encaja” y todos los intentos han sido baldíos.

Una sencilla ecuación: para el Dúo Escambray: Pedrito es a Ferrer, como Ferrer es a Pedrito. Podría salir cualquier cosa, pero no como la excepcional agrupación que ellos juntos integraban.

ALGO DE HISTORIA

En 1952 tras una revividora nalgada, daba su primera nota aguda en Santa Clara José Ferrer, quien se traslada tres años después con su familia a Trinidad, dónde vivió más de cuatro décadas.

Quizás al llegar a la legendaria ciudad escuchó los gritos de un recién nacido en la humilde casa del destacado trovador Pedro González Borges, pero el pequeño José Ferrer estaba muy lejos de advertir que aquella voz humedecida por lágrimas, estaría tiempo después vinculada tan intensamente a su vida.

Aún no había cumplido Pedrito los siete años y ya su voz jugaba magistralmente al contacto de las primeras notas musicales, virtud heredada de una familia de trovadores. Precisamente la primera Casa de la Trova que tuvo Trinidad fue la de sus padres, aunque no tuviera ese nombre, pero allí se reunían, guitarra en mano, los más brillantes intérpretes de la época.

Entonces: Pedro es músico porque sus primeros sueños fueron con trova y por tanto no podría ser otra cosa.

“Todo esto me dio pie a hacer todo lo que hago y a amar a la trova de la forma en que la amo”, nos diría muchos años después este vivo símbolo de la trova trinitaria.

“En mi caso soy músico porque los cubanos venimos al mundo con la predisposición a la música -dice Ferrer- porque cualquiera toca una clave o suena rítmicamente unas palmadas, pero no tengo una tradición familiar de músicos en el concepto más amplio de la palabra, o sea, no podría decir exactamente por qué lo soy, aunque mi padre cantaba con afinación y con sentido de los textos que entonaba, pero nunca fue un músico, sin embargo, al parecer eso que hacía me lo trasmitió, pues gracias a él conocí muy temprano la Mariposita de Primavera u otras maravillosas composiciones de aquella época que además de estimular mi sueño, iban amoldando lo que sería después mi vida”.

¿POR QUÉ ESCAMBRAY?

UNA INTRODUCCIÓN NECESARIA

Desde el punto de vista geográfico Escambray es sólo una parte del macizo montañoso Guamuhaya que se eleva imponente al sur de la antigua provincia de La Villas, hoy multiplicada en tres: Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus.

En la última etapa por la liberación nacional y debido a innumerables causas históricas que le precedieron y sucedieron, la cordillera pierde su nombre y toma entonces el de Escambray para identificar el lomerío desde Cumanayagua, en Cienfuegos, hasta Trinidad, en el actual territorio espirituano, no obstante la lucha de muchos defensores de los toponímicos originales por reconocer la antigua denominación aborigen.

Hechos como los protagonizados por el Ejército Rebelde en la zona o en la posterior Lucha Contra Bandidos, la Campaña de Alfabetización, son acompañados por Escambray e incluso una Región de la antigua división política administrativa, cuya capital era Trinidad, así se identificaba: Región Escambray.

EL DÚO

Siendo casi adolescentes en el año 1972 Pedro y Ferrer -quiénes habían estudiado juntos en la escuela de arte de Cienfuegos- por esos motivos de los que se encarga sabiamente el destino, unen sus voces para formar un dúo que al principio se denominó Los Sindos, nombre escogido para homenajear a ese grande de la trova del Oriente y de toda Cuba que fue Sindo Garay.

También en ese año y siendo aún artistas aficionados integran y fundan en Manzanillo el movimiento de la Nueva Trova, junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González y otros inmensos jóvenes artistas, incluyendo a la espirituana Lourdes Caro.

En el año 1973 son llamados al Servicio Militar en Santa Clara dentro de las filas del Ministerio del Interior.

“El entonces capitán Gilberto Sotolongo, quién era jefe de la policía en la antigua provincia de Las Villas y quién atendía las actividades culturales del MININT, fue quién nos propuso y aceptamos el nombre de Escambray para el dúo, alegando nuestra procedencia”, señala Pedro González.

Y así comienza la historia de esta agrupación genuinamente trinitaria que comenzó a recorrer a Cuba, países de Europa, Asia, África y América Latina como genuinos representantes de su amada ciudad colonial, cantándole desde aquellos confines, a la imaginaria volanta a sus pedregosas calles, vetustas casas y palacios ancestrales o a su mar y su monte en los que se funden el vuelo de las gaviotas, el sonido de cuerdas y empastadas voces con el acariciador canto de sus afinados sinsontes.

Rafael Daniel