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Alta producción pecuaria de familia campesina beneficiada con tierras en usufructo

Alta producción pecuaria de familia campesina beneficiada con tierras en usufructo

Texto y foto de Rafael Daniel

La integración de la familia es fundamental para elevar la producción agropecuaria en el sector campesino. En la central provincia de Sancti Spíritus encontramos una evidente muestra de esta aseveración en un matrimonio beneficiado con tierras en usufructo, o sea estatales o privadas que están ociosas, sin uso.

 Cuando llegaron a la zona de La Yaya, cerca del aliviadero de la Presa Zaza, el campesino Armando Álvarez y su esposa Arney Sánchez encontraron un verdadero bosque de marabú y otras plantas malignas.

 Después de enfrentar momentos muy difíciles y de arduo trabajo ahora, incluso hasta de incomprensiones ahora, el cambio es sustancial y de los malos momentos iniciales sólo quedan algunas muestras materiales y el recuerdo.

 La finca, a la que denominaron  El Desarrollo de la Cooperativa de Créditos y Servicios Orlando Expósito, muestra flamantes resultados de producción gracias a la eficaz colaboración  de la familia

 Entre los dos tienen cinco caballerías de tierra en usufructo y aspiran a duplicarlas a través de la nueva ley 300. Actualmente sobrecumplen ampliamente el plan de producción de leche con una alta disponibilidad de vacas en ordeño, al igual que rebasan lo comprometido en el de ceba de toros con ejemplares que en muy poco tiempo logran promediar a más de 900 libras por animal.

 La producción pecuaria de la familia Álvarez-Sánchez se nutre con centenares de chivos y carneros, con los que logran producir altos volúmenes de leche, carne y son de vital importancia para evitar el resurgimiento del marabú en sus áreas.

 La crianza de cerdos en traspatio, pavos, gallinas y otras aves de corral enriquecen el patrimonio de la finca El Desarrollo. Una de sus hijas, estrenada como madre recientemente,  es Instructora de danza y la otra canta música campesina en un proyecto del prominente laudista Marcelo Lamas, pero nada de alejarse de sus raíces, pues ambas expresan la voluntad de dedicar su arte a la comunidad agraria.

 Armando es Vanguardia Nacional de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, ANAP,  Arney debió serlo también, pero así, con la objetividad de su provechoso  presente marcha la vida de esta ejemplar familia campesina cuabana confiada siempre en que con el trabajo se logra la perfección del futuro.

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