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Niños, los más privilegiados en Cuba

Niños, los más privilegiados en Cuba

Ser un niño privilegiado es algo poco común en muchas partes del mundo, pero en Cuba hoy esa condición es una prerrogativa que le garantiza a todos sus derechos más elementales desde el momento mismo de su nacimiento.Tales bondades son razones suficientes para que cada año los más bisoños cubanos festejen el 1 de junio el Día Internacional de la Infancia, fecha que ni siquiera en otras naciones se conoce por el olvido y la desatención en la que vive ese sector.

En agosto de 1925, representantes de 54 países asistieron a la Conferencia Internacional de la Felicidad de la Infancia, celebrada en Ginebra, Suiza, y donde aprobaron la "Declaración de Ginebra sobre la Protección de los niños".

Se decretó así que todos los países estaban obligados a proporcionar a los menores disfrutes espirituales, asistencia social, mejores oportunidades de vida y se prohibían los trabajos forzados y peligrosos para ellos.

Después de esta conferencia, los gobiernos de diversos países acordaron instituir el Día Internacional de la Infancia en conmemoración a los pequeños muertos durante la II Guerra Mundial y en otros conflictos bélicos.

En Cuba, las niñas y los niños celebran este día con la alegría de saberse el tesoro más preciado al disfrutar, sin distinción alguna, de escuelas, incluso los que tienen capacidades diferentes, juegos, recreación sana y atención médica esmerada.

Participar libremente en la vida cultural, recibir antes y después de nacer todos los cuidados y 13 vacunas preventivas contra peligrosas enfermedades, expresar sus opiniones en foros y en sus organizaciones es algo que los distingue respecto a sus semejantes en otros países.

Muy lejos están los infantes cubanos de la explotación laboral, la prostitución, mendicidad, el tráfico de personas u otros actos de violencia muy comunes en otras sociedades donde impera la economía de mercado.

Hacer valer sus derechos para nacer y crecer protegidos por las leyes, fue desde 1959 el objetivo de los programas sociales desarrollados por la Revolución cubana, que ni en momentos de crisis económica abandonó a su suerte a la nueva generación.

Cuba conmemora el Día Internacional de la Infancia, y este año tendrá una gran trascendencia a partir del contexto internacional, envuelto en una mayor polaridad y grandes amenazas como la de despojar a la humanidad de sustentos alimentarios para producir combustibles.Los informes de Naciones Unidas confirman las cifras escalofriantes de que cada minuto mueren en el orbe 16 infantes por hambre y falta de asistencia médica.

En contraste, Cuba exhibe una de las tasas de mortalidad infantil más baja del mundo, 5,3 por cada mil nacidos vivos, a pesar de que este pequeño país ha sido objeto del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos durante casi medio siglo.Los niños cubanos vivirán este día una realidad diferente.

En cada escuela habrá fiestas, espectáculos, actividades recreativas extraescolares y un grupo de pioneros (alumnos de enseñanza primaria y secundaria) intercambiará por Internet sobre sus experiencias y sus derechos.

Todas esas opciones son ignoradas por algunos y soñadas por muchos de los 140 millones de niños que en el planeta nunca han ido a una escuela o viven en la pobreza.

Ello demuestra que aún hay muchos oídos sordos y mentes cerradas para el cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989, la cual establece normas universales de protección de la infancia y recoge los derechos jurídicos de ésta.

Por Cira Roidríguez César (Tomado de Granma)
 
   

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